La construcción y continua re-construcción de nuestra Red Personal de Aprendizaje debería ser uno de nuestros principales objetivos como profesionales de la educación.
Dar alas a las palabras para que se desplieguen por la oración y vuelen a través de los textos para que los estudiantes comprendan la libertad del lenguaje.
Escribo estas líneas porque siento que la suerte del país está en nuestras manos, los maestros, los que le apostamos al poder transformador que tiene la educación.