Desarrollé una fórmula química que permitió a los alumnos combinar los elementos claves para fundir la ciencia con su vida cotidiana sin confundir los enlaces para su futuro.
Escribo estas líneas porque siento que la suerte del país está en nuestras manos, los maestros, los que le apostamos al poder transformador que tiene la educación.
Para Rubén Darío Cárdenas, muchos padres esperan de la escuela lo que la escuela espera del hogar. Sin embargo, la formación de niños y jóvenes es una educación mutua.