Dar alas a las palabras para que se desplieguen por la oración y vuelen a través de los textos para que los estudiantes comprendan la libertad del lenguaje.
En 2020, la comunidad educativa debió abordar un reto global sin precedentes para esta generación y lo hizo pese a la desigualdad estructural en la que se ha cimentado la sociedad digital en que nos situamos.