Abro una ventana a los niños con discapacidad para que puedan iluminar su curiosidad y ver con sus propios ojos la luz de la educación que hasta ahora solo veían por reflejos.
Desde hace más de 11 años en Colombia existe un colegio fuera de lo común: sin notas ni tareas. Su educación, de acuerdo a su propia filosofía, se basa en el amor en función del desarrollo personal humano.