Buen liderazgo y buena gestión: garantía de mejoramiento escolar

Varias investigaciones sobre mejoramiento escolar en Europa y Latinoamérica señalan la importancia del liderazgo y la gestión del directivo docente para el desarrollo de los procesos de mejoramiento.

Aunque el liderazgo y la gestión del directivo, por lo general abarcan toda la institución, no podemos olvidar que los estudios sobre eficacia escolar indican que el aula tiene un mayor efecto sobre el progreso de los alumnos que la escuela en su conjunto.

Sin embargo, cuando se analizan los valores agregados que brindan colegios y escuelas sobresalientes, como: el de elevar el progreso de los alumnos por encima de lo que se esperaría, fomentar el progreso de todos sus alumnos y no solamente de unos cuantos, los programas y sus resultados se sostienen a lo largo del tiempo, todos los estudiantes alcanzan los estándares más altos que se esperan de ellos y cuando existe preocupación por lo que se espera de los jóvenes cuando salen de la escuelas y se les hace seguimiento, siempre están asociados con la satisfacción de los profesores con el liderazgo y la gestión de sus escuelas. Recordemos que el liderazgo en la escuela se asocia a la eficacia (Sammons et al, 1997) y juega un papel importante en el mejoramiento (Busher & Harris, 2000) [1]

Además, varios estudios sobre el mejoramiento han subrayado el papel de ‘cuadros’ o equipos de mejoramiento escolar, líderes a todos los niveles de la escuela que coordinan los esfuerzos de mejoramiento. Como es obvio, el liderazgo y la gestión en escuelas eficaces y en proceso de mejoramiento no dependen únicamente de una sola persona, como encontró el proyecto europeo ESI (Reezigt, 2001). En algunos países, la relación entre directores y profesores se basa en la igualdad y espíritu colegial, y no tanto en diferencias jerárquicas de carácter funcional. 

Una escuela en proceso de mejoramiento prepara a sus alumnos para un mundo en constante cambio es preparar al estudiante para la incertidumbre, pues no sabemos que le depara el futuro más allá de muchos cambios a lo que tenemos hoy en día.

El informe de UNESCO, Learning: The Treasure Within (Aprendizaje: El Tesoro Interior), Delors et al, 1996, sostiene que las respuestas educacionales tradicionales ya no son apropiadas, y que los individuos deben ser capaces de aprovechar las oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida, para adaptarse a un mundo cambiante, complejo e independiente.

Por esta razón, la Comisión Internacional de la UNESCO identificó como pilares del aprendizaje del futuro el aprender a aprender, el aprender a hacer, el aprender a ser y el aprender a vivir en comunidad.