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Noticias falsas: la democracia en peligro

El peligro que representa la manipulación de la información para las democracias es evidente en el plano nacional e internacional.

Junio 22, 2018

Las noticias falsas se han convertido en el principal enemigo de la democracia alrededor del mundo. Ahora que cualquiera puede crear contenidos que parecen noticias, ahora que basta con tener acceso a un computador para ejecutar un montaje y ahora que acostumbramos compartir contenidos en Whatsapp y en redes sociales sin tomar consciencia de que podemos estar siendo manipulados, es más importante que nunca que los estudiantes que estamos formando sean lectores críticos de noticias.

El peligro que representa la manipulación de la información para las democracias es evidente en el plano nacional e internacional. ¿Quién no recuerda los incesantes memes, notas de voz y montajes gráficos que coparon las redes sociales y los mensajes de Whatsapp en los meses que antecedieron al plebiscito y que servían los intereses del “si” o del “no” sin tener en cuenta los hechos?

Tal vez el ejemplo más famoso a nivel mundial de este fenómeno es el uso del presidente estadounidense Donald Trump de insultos y datos inventados para desmeritar e insultar a su oposición política. De ahí el neologismo “posverdad” que la Real Academia de la Lengua adoptó el año pasado y que define como "toda información o aseveración que no se basa en hechos objetivos, sino que apela a las emociones, creencias o deseos del público."

Este fenómeno es tan nuevo que todavía no hemos desarrollado las herramientas necesarias para enfrentarlo debidamente y, hasta que no lo hagamos, la democracia seguirá en peligro. Los contenidos falsos que circulan el internet tienen el potencial de cambiar el curso de elecciones democráticas y de exacerbar la polarización política en una sociedad.

Las democracias dependen en gran medida de que los ciudadanos estén bien informados. Por lo tanto, los estudiantes del siglo XXI deben aprender a:

  1. Consumir la información que ven en internet de forma crítica;
  2. Desarrollar hábitos para verificar la veracidad de la información que están consumiendo;
  3. Establecer una lista de fuentes confiables;
  4. Y a apreciar la importancia del papel que juega el periodismo profesional en una democracia.

El internet se ha convertido en el medio ideal para manipular, mentir y defender los intereses particulares de unos pocos. En el pasado existía un número limitado de medios de comunicación que se jugaban su reputación y la confianza del público con cada contenido que publicaban. Con la llegada del internet ese filtro periodístico desapareció.

La información que nos muestran las redes sociales no las escoge un editor profesional preocupado por su veracidad e importancia, sino un algoritmo que busca generar el mayor número de visitas a un sitio web o que un contenido se vuelva viral. Los algoritmos dan prioridad a los contenidos más populares sin tener en cuenta su fuente o veracidad. Lo que es peor, estos contenidos falsos son más efectivos cuando se hacen pasar por medios legítimos o dan esa impresión por su aspecto oficial. Por lo tanto, existen varios incentivos para que los productores de estos contenidos hagan todo lo posible por engañar al lector.

Los autores de esta información falsa la elaboran para que sea controversial y exagerada a propósito para generar emociones fuertes y así cautivar nuestra atención y conseguir que el público las comparta en redes y se vuelvan temas de discusión entre familiares, compañeros de trabajo y amigos. Como no tenemos herramientas para filtrar esta información ni de prohibir los contenidos que producen ciertas fuentes, se convirtió en nuestra propia responsabilidad desarrollar las competencias que nos permitan discernir la información que se comparte en redes sociales como Facebook o Twitter.

Ya que sabemos que las redes sociales han llegado a nuestras vidas para quedarse, lo único que podemos hacer es dotar a los jóvenes con herramientas que les permitan distinguir la información veraz de la falsa. Esto implica que debemos hacer un esfuerzo deliberado desde nuestras aulas para infundir nuevos hábitos que le permitan a las nuevas generaciones de ciudadanos ser críticos y no “tragar entera” la información que se encuentran en diferentes medios.

Una de las principales responsabilidades del sector educativo ante este reto es resaltar la importancia del papel que juega el periodismo dentro de una democracia. Como ciudadanos tenemos la responsabilidad de mantenernos bien informados acerca de los temas que nos afectan y que son importantes para nuestra sociedad y el periodismo es la herramienta principal con la que la ciudadanía puede controlar el ejercicio de poder del Estado.

En gran medida esto sucede porque el periodismo se encarga de verificar la veracidad de la información que el Estado le presenta a la ciudadanía, así como las propuestas de los aspirantes a ser parte del Estado. Además, el éxito de las fuentes periodísticas depende de la confianza que generan en el público. Por lo tanto, existe un incentivo importante para que el periodismo profesional sea transparente y tenga procedimientos para reconocer y rectificar errores.

Estar bien informado implica ir más allá de las fuentes periodísticas tradicionales. Estar bien informado implica contrastar la información de una variedad fuentes, comparar las diferentes perspectivas y mantenerse al tanto de cómo se desarrolla cada noticia. Es necesario que enseñemos a investigar, a evaluar y a verificar como lo hacen los periodistas. Para esto, los estudiantes deberán tener presentes ciertos estándares periodísticos como:

  1. Fuentes: ¿La noticia incluye múltiples fuentes confiables?
  2. Exactitud: ¿Se han verificado los hechos y las fuentes?
  3. Investigación: ¿Se utilizan fuentes secundarias? Si se utilizan estadísticas, ¿las estadísticas están debidamente citadas?
  4. Contexto: ¿La noticia va más allá de los hechos más recientes? ¿Ofrece algún tipo de contexto para los hechos más recientes?
  5. Imparcialidad: ¿Se utiliza un lenguaje neutral para describir a los hechos y a los personajes de la noticia?

El internet ha potenciado y ha magnificado el problema de la información falsa a la que estamos expuestos todos los días. Este no es un problema que afecta exclusivamente a la población joven. Los adultos estamos expuestos a exactamente los mismos medios y al mismo tipo de información que busca manipularnos. Un primer paso importante es hacer consciencia de esto a la hora de consumir la información que no solo orienta nuestras decisiones en los puestos de votación, sino también la información que llevamos a nuestras aulas.

La capacidad de discernir la información entre los diferentes medios y las diferentes fuentes que encuentran a diario las generaciones jóvenes se ha convertido en una necesidad básica de la educación para el siglo XXI. Sin ella corremos el riesgo de que nuestra democracia sea subvertida por aquellos que estén dispuestos a manipular la verdad para llegar a o mantenerse en el poder.


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Escrito por
Abogado con experiencia en derecho internacional y derecho internacional de los derechos humanos. Becario de derechos humanos en el Centro Vance para la Justicia Internacional en el Colegio de Abogados de la Ciudad de Nueva York
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Martial Heriberto Rosado Acosta
Gran Maestro Premio Compartir 2004
Sembré una semilla en la tierra de cada estudiante para que florecieran los frutos del trabajo campesino en el campo que los vio nacer