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Decálogo epistemológico de la evaluación escolar

La evaluación escolar como termómetro para medir si los jóvenes habitan humanamente el mundo, no como simple asignación de valores numéricos.

Septiembre 24, 2019
  1. Aunque la evaluación está sujeta a presiones e influencias siempre va a estar iluminada por el concepto aprender.
    “Aprender es comprender, tener iniciativa y criterio propio para adquirir, integrar y aplicar representaciones que surgen de la realidad, como también reflexionar o realizar vigilancia crítica sobre dicho proceso”
  2. La evaluación requiere de una plataforma epistemológica, derivada de la concepción de aprendizaje que asuma y arrope todas las dimensiones humanas.
    “Lo racional, donde la sabiduría modera la prudencia. Lo irascible, donde la fortaleza modera la voluntad. Lo concupiscible, donde la templanza modera los apetitos. (Platón), desde allí la evaluación acompaña la formación integral”.
  3. La evaluación supera todo problema ontológico, esto quiere decir que tiene igual relevancia o importancia la episteme (vida intelectual), la praxis (dominio de la acción moral y política) y la poiesis (la producción).
    “La valoración de los aspectos personal, social y académico es concurrente, tienen igual peso al momento de emitir un juicio o asignar una calificación”.
  4. La evaluación es dinámica, flexible y compleja. Debe dar cuenta de dos (2) tipos de realidades: objetivas, como salas de cómputo, aulas, laboratorios, bibliotecas, número de estudiantes, profesores, porcentajes de reprobación, indicadores de logro, etc.; subjetivas, como vivencias, emociones, deseos, sentimientos, sentidos, significados, entre otros.
    “La evaluación posee doble aspecto, ciencia y arte, por ello siempre se va a considerar metainferencial”
  5. La emisión del juicio como producto de la evaluación (sumativa) siempre posee un marco axiológico que ubica la dignidad humana por encima de cualquier situación y condición.
    “En lugar de emitir el juicio ¡Tú no estudias! Se debe afirmar: ¡Tus procedimientos para estudiar no son efectivos!”
  6. Para la evaluación, siempre el proceso de formación es tangible.
    “La persona es competente cuando convergen prácticas, dominios, virtudes, disposiciones, que se pueden cuantificar y cualificar para determinar cómo se saborea el conocimiento, cómo se convive, cómo se aligera el espíritu y cómo se asume una postura crítica frente a la realidad”.
  7. La evaluación siempre considera la progresión de contenidos, de actividades, de criterios, de desempeños; entre otros términos, debe adaptarse a los ritmos, estilos, características y potencialidades de los estudiantes.
    “La rúbrica es una herramienta evaluadora absolutamente transparente que proporciona a los estudiantes un conocimiento profundo de las reglas, los criterios, las condiciones, inmersas en las actividades de enseñanza –aprendizaje–. Permite la participación del estudiante en su proceso de evaluación”.
  8. En su estado intermedio entre la valoración y la calificación, la evaluación siempre es contrastable, se evalúa para determinar la distancia entre el ideal esperado y la realidad presentada.
    “Se pueden contrastar mediciones (cuánto se logró avanzar), controles (si la formulación fue adecuada), aplicaciones (si la intervención fue efectiva), cumplimientos (Cuál fue la eficiencia), entre otros”.
  9. La evaluación maneja o incorpora numerosos principios éticos para todas las personas que participan en el proceso cualquiera sea su condición, agente, paciente o espectador.
    “Evalúa solo lo que enseña. Antes de calificar debes identificar sí las debilidades o dificultades de aprendizaje fueron superadas por el estudiante. No utilices el examen como instrumento de poder”.
  10. La evaluación como proceso de determinación de la valía, el mérito, el impacto, la eficiencia, los sistemas, los programas, los modelos, las metas, la educación es el mejor instrumento para realizar acompañamiento vigilante a los fines de la educación del siglo XXI.
    “Para verificar si los jóvenes salen adelante en este mundo estructuralmente desbalanceado, para identificar cuánto valor han aportado los jóvenes al mundo, para analizar si los jóvenes han mantenido el balance del mundo, o en forma general, para verificar si los jóvenes habitan humanamente el mundo”.

 


Imagen  Eliott Reyna on Unsplash

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Docente de la Institución Educativa María Auxiliadora (Cartago Valle del Cauca) en las áreas de Ciencias Naturales y Biología
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Jaqueline Cruz Huertas
Gran Maestra Premio Compartir 2000
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