¿El docente puede contribuir al desarrollo personal y profesional de sus estudiantes?

La experiencia es positiva y enriquece al docente cuando está dispuesto a que cada día su rol es fundamental para la enseñanza de otros, está haciendo una autoevaluación, para crecer como persona y como profesional. Trabajando de la mano en el contexto en el que se encuentra.  Encontrando la manera de aportar soluciones a la problemática pedagógica que se enfrentan los estudiantes; cuando está dispuesto a compartir su conocimiento no solo con sus colegas sino con sus estudiantes dando paso al diálogo y a la reflexión,  aun así siente que le queda mucho para dar y aprender.

Tomando como referencia la película “El profesor” (“detachment”,2011) protagonizada por el actor Adrien brody nos muestra la devastadora realidad que vivimos y la ignorancia que tenemos sobre varios valores de la sociedad que comienzan desde la enseñanza. La figura del docente tan importante o al menos, se cree que debería serlo en una de las etapas de más cambios de todo ser humano, nos ha dado en el transcurso de la convivencia escolar unos momentos buenos y malos en la relación entre docente y estudiante que bien podría ser visto como un segundo padre  o madre, esto es frecuente cuando el docente usa la experiencia como una herramienta de superación.

Un docente no solo se limita a presentar el tema a los estudiantes pero en donde se comparten gustos, experiencias, sueños, opiniones, etc. Por otra parte se da cuenta de un cambio en la docencia y a su medida se utiliza la experiencia para el proceso de enseñanza-aprendizaje.

No obstante son necesarios elementos como por ejemplo: la pasión, dar la bienvenida a la incertidumbre, marcar la diferencia para dar un aire innovador, aprender a ser docente en un contexto de constante cambio  requiere nuestro esfuerzo y un gran sentimiento de cambio. 

La experiencia no sirve de nada cuando no hay un cambio, o cuando no se aprende de los mismos errores, mejorando para superarse, hoy en día se pueden ver docentes sumergidos en la frustración sin una dirección que finalmente los lleva a la rutina contagiando a los estudiantes, dando así síntomas como el constante aburrimiento al que se ven enfrentados no solo los estudiantes sino los docentes, viéndose  resultados en los procesos educativos que ya no funcionan.

Sin embargo la experiencia del docente como escenario de aprendizaje lleva al docente a desarrollarse personal como profesionalmente ayuda a estar en una activa y constante búsqueda de su identidad. Es por esto tan importante el valor de la experiencia docente en el proceso educativo a pesar de haber interrupciones en este  proceso.

En palabras del autor Jorge Larrosa (2018) “la experiencia tiene muchas posibilidades en el campo educativo, tanto posibilidades críticas como posibilidades prácticas, siempre que seamos capaces de darle un uso afilado y preciso. Hay un uso y un abuso de la palabra experiencia en educación. Pero esa palabra casi siempre se usa sin pensarla, sin tener conciencia cabal de sus enormes posibilidades teóricas, críticas y prácticas.” (p. 87).

Una sociedad más equitativa y respetuosa a través de la experiencia no solo nos sirve para formar mejores seres humanos, con valores y principios éticos sino también para construir una mejor convivencia escolar a través del porqué ¿cómo educamos sin tener en cuenta el contexto?

Estaremos dirigiendo estudiantes incapaces de reconocer problemáticas sociales, o sea, al ayudar a generar actitudes en los estudiantes que acepten cualquier tipo de ley es por esto que la  experiencia juega un papel importante no solo en temas educativos, sino también en el desarrollo de la vida  donde es vital que los estudiantes exploren por sí mismos.

El docente Miguel Plazas aporta a la experiencia cuando Incorpora las áreas de filosofía, ciencia política y economía, educación ética, educación religiosa, lengua castellana y matemáticas. En ese sentido, combina la indagación social en la escuela por parte de semilleros de investigación y la educación en derechos humanos.

En conclusión, retomando la tesis el docente puede a través de su experiencia contribuir al desarrollo personal y profesional de sus estudiantes. La experiencia es una herramienta fundamental para la vida de los docentes dándoles la oportunidad de ver cuáles son las debilidades, fortalezas y con entusiasmo a aceptar los cambios que mejoren la convivencia escolar, un elemento fundamental en el proceso de aprendizaje.

En primer lugar, porque supone hablar del entorno social, cultural y afectivo en el que vivimos. En segundo lugar, porque aprender a convivir es fundamental para el desarrollo individual y social de cada persona.

En definitiva, aprender a ser docente en un contexto de constante cambio requiere de disciplina ya que hoy en día es necesario que el estudiante trabaje en su propia identidad y con un continuo acompañamiento por parte del docente guiará al estudiante a ser un individuo consciente de sus acciones, decisiones que aporten a su sociedad. Citando al docente Miguel Plazas ganador del premio compartir al maestro en el año 2016 “Los docentes mediante diversas estrategias pedagógicas enfocan su trabajo en formar estudiantes críticos, respetuosos de lo público y capaces de tomar decisiones éticas. Además, se promueve una cultura de paz mediante el desarrollo de competencias científicas, comunicativas y ciudadanas a través del juego.”

La experiencia docente como escenario de aprendizaje es un aspecto fundamental en el desarrollo del proceso educativo de los estudiantes desprendiendo cualidades del cual el docente es un ejemplo, desarrollando elementos como la creatividad, los valores propios, la satisfacción personal, incentivando las capacidades de los estudiantes.

Una sociedad más equitativa y respetuosa a través de la experiencia en el aspecto personal y profesional generando satisfacciones, una de ellas es la de valorar y reconocer el gran esfuerzo que conlleva esta labor, para encaminar a las futuras generaciones de estudiantes, docentes y lograr con esto erradicar principalmente el analfabetismo, la ignorancia, la pobreza, la marginación, etc. que no causa más que el atraso socioeconómico del país.