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La alegría de aprender
No hay verdad absoluta, pero sí unos puntos clave para que nuestros chicos aprendan con disfrute y no con frustración.
Debido a la presión social y familiar, o al afán de que aprendan más rápido, en algunos casos los niños y adolescentes son forzados a asistir a clases extracurriculares. Los padres creen que es una buena elección de vida, sin tener en cuenta que la presión es perjudicial; las actividades de ocio y estudio extra deben propender por el aprendizaje y la diversión.
Alfredo Rojas Otálora, PhD. en Psicología, experto en psicopatología de infancia y adolescencia, y desarrollo psicoafectivo; subdirector nacional del Campo de Desarrollo Humano y ciclo de vida del Colegio Colombiano de Psicólogos, explica todo lo relacionado con el ocio, el juego y el aprendizaje: “Cuando hablamos de ocio, descanso, aprendizaje y diversión-dice Rojas-son diversos los aspectos que los padres deben tener en cuenta, a fin de elegir bien y lograr que la actividad sea productiva y no se convierta en un problema".
No hay verdad absoluta, pero sí unos puntos clave para que nuestros chicos aprendan con disfrute y no con frustración. A continuación, algunos cuantos:
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Cualquiera que sea la actividad extracurricular que realicen los menores debe ser agradable y divertida para ellos. Lo que hacemos por obligación se convierte en un problema; el placer, el agrado y la satisfacción deben estar siempre presentes en las actividades de ocio y estudio.
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Las actividades deben ser escogidas con la participación de los hijos, no deben ser escogidas por moda o sencillamente porque a los padres les gusta.
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Una de las mejores formas de entender quiénes son los niños y qué habilidades e intereses tienen es intentar y probar. Si los gustos y necesidades de los menores no son muy claros, es recomendable ponerlos en varias tareas en casa y observarlos, para así identificar sus afinidades y necesidades.
Estar presentes en la vida de los chicos 100% es vital para un mejor conocimiento de ellos, necesidades y gustos.
El asesoramiento de un experto nunca está de más. Éste proporciona una visión objetiva y clara de lo que es el niño y lo que necesita según su estilo de vida y edad.
Dejar que el niño explore diversas actividades y escoja la actividad que disfrute, aprenda, desarrolle su potencial y sobre todo que lo haga feliz.
Recordemos que el aprender debe ser sinónimo de felicidad y no de frustración.
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