La autoevaluación como herramienta pedagógica

A partir de las ideas propuestas por Larrosa (2003), Moreno (2015) y los docentes nominados al Premio Compartir al Maestro, Sandra del Pilar Rodríguez, Osmar Perilla y Luis Bermúdez, nace la tesis ‘La autoevaluación como herramienta para hacer experiencia pedagógica, que se trasporte en el estilo docente clásico, experimental o comunicacional” y los argumentos diferentes propuestos para este texto.

La autoevaluación o “la revisión de si” (p.115) como lo expone Moreno (2015), propone la evaluación de sus habilidades o conocimientos frente al trabajo o actividad efectuado. Este debe representar una inmensa subjetividad, es decir la capacidad que desarrolla el sujeto para dar percepciones, argumentos, críticas u opiniones de sí mismo.

Por tal motivo se vuelve un juez, que da sus propias valoraciones acerca de la práctica o experiencia pedagógica respondiendo a las preguntas, ¿Qué hago?, ¿Cómo lo hago? ¿Qué enseño? ¿Por qué enseño? ¿Para qué enseño?

Para hablar de “experiencia pedagógica” daré un recorrido por las experiencias de los docentes nominados al premio compartir maestro y luego explicare en que consiste este término. En primer lugar el trabajo de la docente Sandra, que al pasar 10 años, no encontraba sabor ni  gusto en su experiencia, ya que desconocía la razón por la cual los objetivos propuestos para las clases, no resultaban precisos para el proceso de lectura y escritura de niños de transición, esto la llevo a reflexionar y a responderse las preguntas anteriormente mencionadas, dando un giro decisivo a sus estrategias de enseñanza y a crear su propio modelo.

Simultáneamente, de este giro surgió una investigación profunda de los procesos de lectura y escritura, transportándola al mundo de la literatura que la ayudó en su propia formación. Y además a construir un grupo llamado @red maestros, donde dialogan diferentes situaciones escolares para darle una posible solución a partir de la experiencia. 

Por otra parte el docente de arte Osmar cambia la concepción de la práctica docente, puesto que, toma de base la palabra experiencia para la trasformación de sus clases, los estudiantes se centran en un método práctico y experimental a través de la construcción de una cámara y la toma de fotografías. Él no se enfoca en su propia experiencia, quiere que sus estudiantes experimenten diferentes sensaciones de análisis y apreciación de su propio trabajo.

A su vez el docente Luis Bermúdez, cansado de los altos índices de embarazo en adolescentes de la institución, se propone cambiar el currículo de la misma trabajando la educación sexual transversalmente, la cual no sea vista como un paradigma social, sino como algo normal en el desarrollo del ser humano. Los resultados de su trabajo no solo se vieron reflejados en la disminución de embarazos a temprana edad, sino también en la aceptación e inclusión de estudiantes LGBTI por docentes, directivas y estudiantes de la misma comunidad.

Después de seguir el trabajo de estos maestros, la experiencia pedagógica se debe construir a través de todo aquello que cansa, aburre, fatiga, molesta o hastía al docente de su trabajo cotidiano, si estos docentes no hubieran sentido una angustia al visualizar estas problemáticas, en su propia formación o en el currículo de las instituciones, nunca se hubiera generado un cambio o una trasformación.

La construcción de la experiencia pedagógica debe moldear el estilo del docente para no quedarse situado en un solo estilo, sino para configurar al docente en un conjunto de características variadas, que le den el chance de cambiar e infundir innovación cuando la ocasión lo apetezca. 

Larrosa (2003) propone: el estilo “clásico” o intelectual, el docente solo desarrolla sus clases desde la teoría, ampliando la misma desde lo simple a lo complejo; el estilo “experimental” donde el docente hace que el estudiante sea, actué, se comporte y se adapte a partir de la experiencia, no se limite simplemente a las teorías establecidas, sino sea capaz de observar, generar hipótesis y actuar; en el estilo “comunicacional”, prevalece el ámbito social ante todo, puesto que el estudiante deberá buscar códigos para comunicarse con el otro, reconociendo la subjetividad y la objetividad en cada situación o experiencia.

A parte de autoevaluar su experiencia, el docente debe jugar con estos estilos para construir su experiencia propia, principalmente apasionándose de lo que hace, para así encontrar y solucionar problemáticas e investigaciones novedosas.

Finalmente lo que debemos resaltar de la experiencia pedagógica en este proceso es ser docentes innovadores y creativos, quienes no se sujetan a teorías, métodos, estrategias o herramientas establecidas.

Sino debemos sumar a esto los conocimientos artísticos externos de nuestra disciplina, estos no debemos apartarlos o aislarlos de nuestra práctica, puesto que pueden servir de puente para generar conocimiento en el aula de clases.

Aunque no tengo mucho conocimiento en manualidades, en mis prácticas he implementado trabajos artísticos, como creación títeres, implementando el uso de presente y las partes del cuerpo. Los estudiantes debían realizar una descripción utilizado verbos del primer grupo terminados en ER en francés.

Referencias

Saldarriaga, O. Del oficio del maestro. Publicación IDEP PDF

MORENO, P. Las Experiencias pedagógicas de cuatro maestros que hacen maestros. En Páez, R. (2015). Práctica y experiencia. Claves del saber pedagógico docente. Bogotá: Fundación Compartir, Unisalle.

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