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Los momentos de una sesión de clase mediada por virtualidad

Una sesión de clase virtual debe estar segmentada en 3 hitos para que realmente pase algo y se evidencie una experiencia de aprendizaje, sociabilidad y empatía. Conózcalos. 

Agosto 19, 2020

Poco a poco el sector educativo va asimilando el reto que la pandemia le ha hecho, logrando, poco a poco, que los docentes, estudiantes y padres de familia apropien la nueva realidad educativa y asimilen todo lo que implica este proceso antes, durante y después de la sesión de clase.

Aunque no podemos alejarnos de nuestra realidad y contexto, es importante que al pasar los días se vayan rompiendo paradigmas y temores que no han permitido que la experiencia sea mucho más dinámica, colaborativa y pedagógicamente provocadora, que realmente generé un proceso de enseñanza-aprendizaje de alto impacto y, sobre todo, que deje a todos los involucrados satisfechos con lo que está pasando.

Hace poco tuve la oportunidad de ver una entrevista al profesor de Ciencias Computacionales de Campus Guadalajara, Ken Baur, quien define a la innovación educativa como un proceso constante de reflexión del docente en sus prácticas en el salón para cambiar su modelo de dar clase, y quien en este dialogo con estudiantes de diversas universidades del mundo afirmaba que las sesiones de clases mediadas por tecnologías (virtualidad) deberían tener unos momentos bien definidos, que facilitarían que el ejercicio fuera mucho más productivo, constante y llevadero para los participantes (es imposible negar que la virtualidad agota de múltiples formas).

En esta entrevista, el profesor Bauer sugiere que una sesión de clase virtual debe estar segmentada en 3 momentos o hitos para que realmente pase algo y se evidencie una experiencia de aprendizaje, de sociabilidad y de empatía.

Estos 3 momentos son: cambios de ritmo, preparación previa del estudiante y la evaluación como proceso.

Cambios de ritmo: La clase debe ser pensada siempre como una Lab, como una experiencia de vida (provocadora e inspiradora), donde la clase magistral no sea más de 20 minutos, y en el resto del tiempo se utilicen diferentes recursos, narrativas, roles, se pueda crear colectivamente y realmente se involucre a los estudiantes en el proceso de aprendizaje. No olvide que la colaboración también para generar vínculo. La parte emocional tiene incidencia en lo pedagógico.

Preparación previa del estudiante: La recomendación siempre será tener en cuenta la estrategia pedagógica del “Flipping the Classroom”, que invierte el proceso del aprendizaje llevándolos fuera del aula (virtual) mientras incrementa o da mayor importancia a otras actividades dentro del aula. De esta manera los roles tienen un nuevo significado. El de docentes es el de convertirse en un Curador de contenidos, quien investiga y evalúa con criterio crítico, calidad y pertinencia de los contenidos. Mientras que el estudiante trabaja asincrónicamente por un lado en un espacio individual o colaborativo, a su ritmo y provocando que la indagación y curiosidad sea mucho más constante.

Esto conlleva a que el aprendizaje en el encuentro sincrónico se vuelve mucho más dinámico e interactivo, donde los profesores guíen y conducen a sus estudiantes y estos aclaren dudas. 

Evaluación como proceso: Las rúbricas son la herramienta de este ejercicio, las reglas de juego claras desde el inicio y orientación al logro, involucrando la gamificación como componente para este proceso.

 


Imagen Jessica Lewis on Unsplash

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