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¿Y sí tan sólo escribimos con el cuerpo?

El caso de la docente Ruby Arias y su relación con el saber pedagógico y didáctico a través de la literatura y la escritura. 

Enero 10, 2017

Hoy en día vemos cómo desde muchas de las instancias educativas, reconocemos los hechos que se viven en el aula como los tesoros más preciados que fundamentan nuestro quehacer docente y todas aquellas posibilidades que estas nos presentan para ser gestores de ambientes de aprendizaje. Por tal motivo, quiero hacer hincapié en lo que se pudo observar en la visita a la docente Ruby Esperanza Arias, docente de la Institución Educativa Distrital Carlos Arturo Torres; candidata al premio compartir al maestro 2013-2014, la cual nos muestra dentro del marco de su propia reflexión docente, que el movimiento corporal es una herramienta para la enseñanza de la escritura en los niños de primaria. En este escrito se evidenciará un proceso de triangulación de dicha experiencia con las posturas de Larrosa (1996) y Saldarriaga (2006), quienes al igual que la docente, hacen una reflexión sobre saber pedagógico y didáctico en el aula basado en la experiencia.

Para comenzar, me gustaría relacionar lo observado en dicha visita con lo postulado por Larrosa (2003) quién cuenta cómo el hecho pedagógico, en otras palabras, la práctica docente, nos evoca a reflexionar sobre todo lo que comprende el aula de clase.  En el caso de la clase de la profesora Ruby, se evidenció inicialmente como ella era capaz de reconocer a cada uno de sus estudiantes y tratarlos individualmente, y a la vez en colectivo. Estando allí, la docente empleó una técnica bastante interesante en lo concerniente al proceso escritura, en la cual como primera medida menciona un referente teórico, su postura frente a su referente y finalmente la aplicación de una síntesis desarrollada conforme a su reflexión y sus referentes. Este procedimiento fue clave para entender la sistematización que la docente realiza de sus clases y su amplia experiencia en el manejo de sus estrategias pedagógicas en el aula.

Siguiendo este punto, Larrosa (2003) indica la importancia de la literatura y la escritura para la enseñanza y la creación de hábitos de lectura, tan sólo que en el caso de la docente observada se da esta misma premisa, pero dándole un giro inesperado que va directamente ligado con el uso del cuerpo y el espacio del salón de clase. En lo concerniente a este proceso, lo que se observa inicialmente fue el modo en que escribían los niños, pues no lo hacían utilizando la alternancia entre mayúsculas y minúsculas, sino haciendo únicamente el uso de la mayúscula sostenida en cada palabra escrita, luego se evidenció de manera jocosa y muy sorprendente, como un paso y un aplauso eran los elementos claves que posibilitan los primeros procesos de escritura en los niños. Dicha técnica consistía en que cada aplauso representaba una palabra y cada paso correspondía al espacio entre las palabras.

Cabe resaltar que esta técnica era empleada en dictados de frases que proponían los estudiantes, provenientes de sus experiencias propias de vida o de contenidos de clase vistos con la docente. Aquí, es claramente evidenciable una gran relación con Larrosa (2003) en la cual vinculamos la literatura como un proceso de lectura de la vida misma y de su expresión en la escritura. Por lo tanto, esta fue la receta perfecta que empleó la docente para lograr los primeros procesos de escritura en los niños.

Por otra parte, señalando puntualmente la experiencia pedagógica de la docente, Saldarriaga (2006) propone que es crucial que, como educadores, debemos ser conscientes y críticos de nuestras prácticas docentes, en otras palabras, se debe partir de un saber teórico y de todas aquellas experiencias en el aula para hacer de estas, espacios de enseñanza y aprendizaje significativo. En lo apreciado en la clase de la docente Ruby, vemos cómo esta técnica era proveniente de un análisis etnográfico y bibliográfico realizado por la docente. Por ejemplo, en el uso de la escritura con mayúsculas sostenidas para niños de primaria, fue el resultado de lo que ella ha considerado y aplicado a lo largo de su práctica. según lo propuesto por Daniel Cassany y su libro la cocina de la escritura.

A modo de conclusión, esta experiencia me deja que el aula es un universo lleno de posibilidades y aventuras por descubrir a partir de la práctica docente y de lo que se aprenda de los estudiantes. Igualmente, relacionándolo con mi experiencia docente, veo como acciones tan sencillas como el uso del cuerpo, de un mínimo de espacio en el aula, y de la reflexión crítica fuentes teóricas contextualizadas y coherentes, podrían hacer de mis clases y de las de todos aquellos que estuvimos en esa visita, un nuevo referente para hacer de nuestras aulas, espacios donde el aprendizaje significativo tenga mucha más relevancia y trascendencia. No me queda más que decir, a voz de la docente Ruby Arias ¡A escribir con el cuerpo! la mejor receta para la enseñanza y el aprendizaje de la escritura y la literatura.

Referencias 

Larrosa, J. (2003). La experiencia de la lectura. México: Fondo de Cultura Económica

Saldarriaga, O (2006). Pedagogía, conocimiento y experiencia. Revista Nómadas N° 25.

Margolis, F. (2011). conferencia “literatura juvenil electrónica: remix, fanfic, posts y blogs. Entrevista con Daniel Cassany. Recuperado de: http://www.imaginaria.com.ar/2011/12/entrevista-con-daniel-cassany/

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Estudiante de la Universidad de La Salle.
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María Del Rosario Cubides Reyes
Gran Maestra Premio Compartir 2006
Desarrollé una fórmula química que permitió a los alumnos combinar los elementos claves para fundir la ciencia con su vida cotidiana sin confundir los enlaces para su futuro.