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Programar, una herramienta para fortalecer la educación

La experiencia de experimentar nuevas formas de asumir la práctica educativa, de aprender y crear desde la autonomía.

Octubre 6, 2016

Cuando escuchamos la palabra programación, solemos entrar en crisis: pensamos que este es un campo complejo, que solo logran comprender los ingenieros y que exige un gran dominio de las matemáticas. Por eso asumimos que es imposible que unas estudiantes de bachillerato puedan asimilar conceptos como algoritmo, secuencia, diagrama, entre otros, y que tengan la capacidad para ponerlos en práctica y crear con ellos.

Al margen de estos prejuicios, en la I.E. María Auxiliadora de Cartago decidimos lanzarnos a la aventura de experimentar nuevas formas de asumir la práctica educativa, de aprender y crear desde la autonomía, brindándole seguridad a nuestras estudiantes para enfrentar aquellos saberes que parecían restringidos para la educación básica y media.

Empezar fue complejo, pues implicaba romper el esquema mental transmitido por la educación tradicional, tanto en profesores como estudiantes y padres de familia. También representaba un reto pedagógico, en el que se debía replantear el papel del docente como transmisor de información para, en su lugar, posicionar la idea del maestro como mediador de un proceso más participativo. En este nuevo contexto las estudiantes tenían la oportunidad de asumir un rol protagónico para resignificar y recrear los conceptos aprendidos en clase, fortaleciendo su experiencia y  autoregulando su aprendizaje.

Al vivir inmersos en un mundo globalizado por el conocimiento y los intercambios tecno-simbólicos, estos nuevos aprendizajes mediados por la TIC se convierten en una oportunidad de apertura para la interacción con nuevas racionalidades y nuevas culturas.

Lo más significativo de la experiencia, fue lograr que las estudiantes tomaran conciencia de su potencial cognitivo y del valor de los recursos disponibles para gestionar sus propios aprendizajes. El lenguaje escogido para desarrollar el proyecto fue Scratch, un lenguaje de programación gratuito, de fácil comprensión y manejo, que le permitió a los participantes en esta iniciativa acercarse a la dinámica de los procesos de enseñanza aprendizaje, buscar soluciones creativas usando este lenguaje de programación y apoyar el proceso formación de las compañeras de grados inferiores, usando los objetos de aprendizaje que ellas mismas crearon.

Esto no se logra usando magia. Se trata, simplemente, de estar atento a los desarrollos que ha ido teniendo la educación y las tecnologías puestas al servicio de estos procesos. Hemos logrado trascender las limitaciones que el propio sistema educativo ha ido creando y ahora, además, estamos implementado nuestra iniciativa en grado primero. Con esto buscamos crear empatía con la programación en las estudiantes de la educación inicial, desde una didáctica lúdica, orientada a fortalecer las operaciones lógico–matemáticas. Los resultados han sido evidentes y se ha revertido en un mayor entusiasmo en el uso de las herramientas tecnológicas, el trabajo colectivo y, en general, en una nueva actitud frente al acto de aprender y enseñar.

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Luis Fernando Burgos
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