Diseñando artefactos para resolver problemas de la vida cotidiana los estudiantes desarrollan su creatividad, su pensamiento tecnológico y aprenden el valor del trabajo en equipo.
Una de las grandes tareas que tiene la escuela es la de cambiar esa idea de que la Ciencia solo se aprende en los laboratorios y darle la oportunidad a esos científicos en potencia que llenan nuestras aulas y que están interesados en los misterios de esta.
Estudiantes que reconocen en las historias de víctimas las razones que les hacen ser diferentes para lograr avanzar en la construcción de su propia identidad.