Tanto la RA como la RV suponen poderosas fuentes de conocimiento y entornos de aprendizaje que, inevitablemente, desplazan al profesor como el protagonista de la educación.
Existen una serie de aspectos que nos indican que no todo es positivo cuando se relaciona con el uso de la tecnología, tal como puede observarse a continuación.
El carácter disruptivo radica en la generación entornos de aprendizaje protagonizados por el sujeto que aprende sin necesidad de un programa de estudios o la guía de un maestro.
Este concepto consiste en una relación educativa de acompañamiento y guía que se desarrolla entre una persona con más experiencia y otra que desea adquirirla.