Su potencial disruptivo es enorme y permite explorar formas de enseñar y de aprender que están emergiendo con fuerza en la era digital. Conózcalo aquí.
Diseñando artefactos para resolver problemas de la vida cotidiana los estudiantes desarrollan su creatividad, su pensamiento tecnológico y aprenden el valor del trabajo en equipo.
Tanto la RA como la RV suponen poderosas fuentes de conocimiento y entornos de aprendizaje que, inevitablemente, desplazan al profesor como el protagonista de la educación.
Existen una serie de aspectos que nos indican que no todo es positivo cuando se relaciona con el uso de la tecnología, tal como puede observarse a continuación.
El carácter disruptivo radica en la generación entornos de aprendizaje protagonizados por el sujeto que aprende sin necesidad de un programa de estudios o la guía de un maestro.
Estas aplicaciones y portales web ayudan a crear de forma sencilla contenidos de realidad aumentada para utilizar durante las clases, fomentando así un aprendizaje más gamificado.