Educación de calle y agricultura de resistencia

En la localidad de San Cristóbal, ubicada al sur oriente de Bogotá, Colombia, en las faldas de la cordillera oriental, un grupo de jóvenes han construido el proyecto “Colectivo ambiente Tabanoy”. Su propósito es responder a la pregunta ¿cómo vivir en libertad sin agresión a la naturaleza?

Han convertido una casa del barrio en una gran huerta en la que reconstruyen la memoria ancestral, sembrando, entre otros, jícama o yacón; quinua o llamado también arroz criollo; salvia, planta originaria de México conocida por el poder que tiene para facilitar la conexión con otros planos espirituales; árbol Tijiqui, sagrado para los muiscas, llamado comúnmente borrrachito, clave para la retención de suelos y de donde se obtiene la burundanga; marihuana, como planta medicinal.

Farmacología libertaria es la marca de los remedios caseros que enseñan a preparar a la comunidad, como, por ejemplo, un expectorante criollo.

La plaza Samper Mendoza, cuya especialidad son las plantas medicinales, aromáticas y exotéricas, es uno de sus lugares favoritos para proveerse de lo necesario para su tarea educativa.

La reflexión alrededor de temas básicos para la vida como el alimento, las semillas, el cambio climático, son su plan de vida, que no es otra cosa que educar para una vida que considere nuestra conexión con la naturaleza, o mejor, que somos parte de ella.

Para conocer más sobre el Colectivo Ambiente Tabanoy, se puede hacer por medio de su página web o en su Fan Page de Facebook.