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Fantásticamente neurodiversos

Esta reflexión es dedicada a todos aquellos que hemos sido diagnosticados con dislexia, autismo, TDAH o incluso esquizofrenia

Agosto 31, 2017

A través de esta reflexión les doy testimonio de lo que fueron mis primeros años escolares, la exclusión brutal de mis profesoras y el apoyo incondicional de mi querida madre y mi abuela, la razón por la cual soy maestra, por qué mi maestría es neurosicología y además como puedo ayudar a los niños con este tipo de diagnósticos a que no sean excluidos y sobre todo a que ellos mismos no lo hagan.

Me remontaré a mis primeros años escolares, por ahí finales de los años 80´s , estudiando el pre-escolar, y luego, primero y segundo de primaria, aún tengo los recuerdos vivos, cuando para mí era casi imposible leer, confundía las letras, no podía concentrarme y mi madre muy dedicada a mí en esos años no comprendía lo que me pasaba, cabe anotar, que mi frustración también se manifestaba en un muy mal temperamento, muy reactivo; mis profesoras de ese entonces, le daban quejas a mi mamá de mi bajo rendimiento escolar, pero sólo eso, no le decían que también me dejaban en ridículo en frente de mi otras compañeras y eso colaboraba más al hecho que yo no socializara casi con ellas; mis estimados colegas, hacer eso, es una crueldad, yo era una niña de escasos 6 años.

Llegué a segundo de primaria con dificultades, además usando unas gafas enormes, porque sufro de la vista desde que nací, y con el rótulo de estudiante con bajo rendimiento. En este grado mis dificultades se hicieron más notorias, además porque estuve enferma y fuera del colegio alrededor de dos meses, cuando mi mamá fue a recoger mi reporte encontró lo que ella ya sabía, un bajo rendimiento, pero mi profesora no le daba mayores razones y me imagino que a lo mejor con un criterio infundado en lo que ya venía del grado anterior; sin embargo, a ella le agradezco el hecho que le dijera a mi madre todo lo que le dijo, y por ese motivo mi madre buscase ayuda profesional.

No fue sólo una ayuda profesional, fue la mejor ayuda que mi madre pudo haber conseguido para mí, y para el resto de mi vida, y gracias a mi mamá, a mi abuela que siempre ha estado para consentirme como buena abuela que es, y  a esa ayuda de seis meses, estoy donde estoy ahora, y les comparto esta parte de mi vida que fue muy íntima, pero sé que dándola como testimonio, puedo aportar en algo a esta sociedad que aunque cada día se creé más incluyente, la verdad, todavía falta mucho en la conciencia de las personas "normales" para aceptarnos y respetarnos.

Cualquiera de los diagnósticos enlistados anteriormente, son tratables, pero no son curables, debido a que no son una enfermedad, cada uno de ellos es una condición diferente del cerebro, por esto tenemos características y cualidades muy especiales.  En mi caso yo fui diagnosticada con dislexia, y paradójicamente, muy a pesar de la dislexia soy licenciada en idiomas extranjeros. Para esos años donde mi madre consiguió esa ayuda profesional milagrosa para toda mi vida, la institución donde me llevó tenía muy buena reputación-muy bien ganada, por cierto-, me hicieron una serie de terapias, y sobre todo me enseñaron a estudiar de acuerdo a mi condición y sacarle el mejor provecho a lo que yo podía hacer, es decir, convirtieron en fortaleza aquello que era dificultad, o, mejor dicho, me volvieron funcional escolarmente y para la vida.

Después de muchas terapias, de una dedicación férrea de mi madre y todo el amor de mi abuela salí adelante, repetí segundo de primaria en otro colegio y no tuve más inconvenientes a nivel académico, de hecho, me convertí en muy buena estudiante, sobre todo para las humanidades.

La invitación con esta reflexión, que es más autorreflexión, es a que nosotros los maestros estamos para ayudar a nuestros estudiantes, para brindarles toda la ayuda para que no sólo rindamos a nivel académico, sino que seamos útiles a la sociedad desde la diferencia, todos nosotros tenemos mucho que dar, personas destacadas han sido diagnosticadas con algún tipo de condición cerebral especial, y han salido adelante.

Nosotros no somos un fastidio, ni tenemos el cerebro estropeado, somos diferentes, originales y fantásticamente neurodiversos.

 

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Asesora académica con amplia experiencia en la coordinación en el área de bilingüismo, dirección de proyectos educativos y diseño curricular.
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Melva Inés Aristizabal Botero
Gran Maestra Premio Compartir 2003
Abro una ventana a los niños con discapacidad para que puedan iluminar su curiosidad y ver con sus propios ojos la luz de la educación que hasta ahora solo veían por reflejos.