No es la hora de claudicar, pero tampoco lo es la de permitir el desgaste de la movilización ciudadana. Es el momento de la sensatez y de las decisiones estratégicas.
Ofrezco a cada uno de los alumnos un lápiz mágico y los invito a escribir su propia historia enmarcada en los cuentos y leyendas de su cultura indígena.