El peligro que representa la manipulación de la información para las democracias es evidente en el plano nacional e internacional.
El presidente Trump duplicó el presupuesto para nuevos programas de formación profesional.
Convendría pensar en una educación basada en la relación crítica consigo mismo, en la que se enfrenten ese anhelo humano de satisfacer las necesidades materiales inmediatas con la facultad de imaginar mundos posibles compartidos.