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4. Propuesta didáctica. La historia oral para la enseñanza de las ciencias sociales

Conozca a fondo la propuesta del docente de Ciencias Sociales, Edgardo Ulises Romero Rodríguez. 

Julio 25, 2017

Tabla de contenido

  1. La historia oral para la enseñanza de las ciencias sociales (Perfil y Trayectoria del docente Edgardo Ulises Romero Rodríguez)
  2. Contexto
  3. Aprendizajes de los estudiantes
  4. Propuesta didáctica
  5. Profundización
  6. La voz del profesor y otras voces
  7. Impacto de la presentación en el Premio Compartir
  8. La práctica del docente hoy

Descripción general por componentes

Este proyecto está conformado por un grupo de estudiantes y docentes del área de ciencias sociales (liderados por el docente Edgardo Romero) de la Institución Educativa Normal Superior Montes de María del municipio de San Juan Nepomuceno que, desde el año 2004, usan la fuente oral para realizar investigaciones sobre la historia local y regional. Se lleva a cabo en dos niveles: en un primer nivel con los estudiantes de 9º, 10º, 11º y el ciclo de formación complementaria en las asignaturas de ciencias sociales, ciencias económicas, ciencias políticas y didáctica de las ciencias sociales (en el ciclo complementario), y en un segundo nivel con quienes desean unirse al semillero, en el cual la formación en investigación y las indagaciones son más rigurosas (los estudiantes que se unen a este pertenecen al ciclo de formación complementaria). 

La propuesta, en general, busca que los estudiantes indaguen sobre historias de su región y, así, aporten a la construcción de memoria histórica en esta, tanto a nivel individual como colectivo. Esto con el propósito de interesarlos por las ciencias sociales y la historia, llevándolos a comprender la importancia del pasado en su propia constitución como sujetos. El eje central de la propuesta es el relato oral, por lo que los trabajos realizados se basan en esta fuente de indagación. En el trabajo pedagógico realizado por el docente le propone a sus estudiantes que identifiquen temas de su interés y profundicen en ellos por medio de la investigación. La elección de las temáticas de indagación se basa en los ámbitos conceptuales que se trabajan cada año en el área de ciencias sociales.

Esto bajo el supuesto de que la oralidad  es una fuente válida para realizar investigaciones de historia y, además, que es una alternativa para darle voz a quienes se han silenciado o han estado por fuera de la historia oficial porque los han querido invisivilizar (las mujeres, los niños, las victimas de la violencia, los desplazados, entre otros). La propuesta se constituye en 3 fases, en las cuales hay una sensibilización en torno a la memoria, la oralidad y la historia, y ,también, se realizan avances en el trabajo de investigación (el cual se fracciona en varias etapas). De esta forma, los aprendizajes de los estudiantes no se limitan a la historia sino que se relacionan con los procesos de investigación y con la oralidad.

Desde que el docente Edgardo Romero inició el ejercicio de su profesión en la Escuela Normal Superior Montes de María, en el año 1994, observó un gran desinterés por parte de sus estudiantes hacia las ciencias sociales y, en especial, hacia la historia. La asignatura les parecía sin sentido, no demostraban comprensión de los fenómenos sociales y usaban, en su mayoría, la memoria mecánica en la clase. Esto generó que los jóvenes se identificaran con estereotipos ajenos a su realidad y en los cuales no consideraban el pasado en la construcción de sus los proyectos de vida, ni en el presente ni en el futuro. Es decir, se estaban formando jóvenes sin memoria histórica. 

Debido a esto planteó un trabajo de investigación sobre tradición oral que realizó con estudiantes de grado 11 en el año 1998. Gracias a este el docente descubrió que la oralidad era un aspecto fundamental en la idiosincrasia de la población de esta región y, a partir de esta experiencia, inició la inquietud pedagógica que dio origen a la propuesta que se presenta en este texto, la cual propone estrategias de solución a estas problemáticas del aula. Además, le permitió identificar que en la oralidad estaba la clave, de acuerdo a lo cual el docente se planteó la siguiente pregunta pedagógica: ¿cómo la reconstrucción de historias orales ayuda a que el aprendizaje en los estudiantes sea significativo?

Un aspecto que enriqueció la propuesta fue la asistencia del docente a un encuentro de ciencias sociales, en el marco del proceso de reestructuración de las Escuelas Normales en el año de 1999. Una de las conclusiones de este evento fue la necesidad de desarrollar la investigación histórica en los estudiantes, partiendo del paradigma indiciario (recuperar y descifrar las señales e indicios de las huellas del pasado). Como consecuencia, el docente se cuestionó sobre cómo desarrollar este tipo de trabajo mediante las siguientes preguntas: ¿La metodología de la historia oral desarrolla el hábito de investigación en los estudiantes?, ¿cómo fortalecer identidad y memoria histórica a partir de investigaciones de historia oral del entorno? 

Como resultado de lo anterior y de su constante preocupación por cambiar su quehacer pedagógico, en el año 2003 planteó una propuesta de investigación cuya pregunta fundamental fue: ¿los proyectos de investigación de historia oral como recurso metodológico facilitan el aprendizaje significativo y fortalecen la identidad y la memoria histórica en los estudiantes? Esta surgió de una situación problema en el aula y su propósito principal era motivar a los estudiantes por los estudios sociales, despertando su interés en el tema. Para responder a este interrogante el docente implementó una estrategia pedagógica basada en la historia oral como recurso metodológico, pues comprendió que para poder motivar a los estudiantes tenía que partir de algo que tuviera que ver con su contexto, con su realidad más cercana y, además, debía generar algún vínculo con la memoria histórica para formarlos en una ciudadanía crítica. El término reconstrucción de historias orales fue un giro posterior que le dio al proyecto, pensando en la memoria, en la cual se reconstruyen los hechos a partir de los testimonios. 

Este proyecto lo llevó a comprender que para que la historia y las ciencias sociales fueran significativas para los estudiantes debían partir de la investigación y el interés por el entorno más cercano. Al mismo tiempo, identificó que esto contribuía a que los estudiantes se sintieran partícipes de esa historia y, así, entendieran que hacer memoria histórica implica configurar una conciencia crítica del pasado para formarse en unos verdaderos valores democráticos. Adicionalmente, fue una experiencia que permitió que continuara construyendo la propuesta que se presenta en este texto, la cual ha desarrollado al interior del área de ciencias sociales de la institución y cuya propuesta metodológica apuesta por una concepción de estas como campos de comprensión, cuyo carácter hermenéutico constituye la base de la investigación de las relaciones establecidas por el hombre en su situación histórica y de las construcciones teóricas elaboradas en torno a ella. De acuerdo a esto, son ciencias de la discusión, ya que la interpretación que realizan sobre los contextos sociales (a partir de diversas interacciones) se desarrolla mediante la confrontación argumentada de los saberes, de los textos específicos y, en general, de los diversos sentidos que circulan en la vida social. 

En relación con lo anterior, los problemas que se abordan en el área surgen de la cotidianidad y se convierten en los ejes curriculares planteados por el Ministerio de Educación en los lineamientos para el área de ciencias sociales. De esta forma, fenómenos como la violación de los derechos humanos, la diversidad y la aceptación por el otro; la memoria histórica como fundamento de una educación para la paz, el conflicto y el cambio social; los problemas del medio ambiente, el desarrollo humano sostenible, el planeta tierra como espacio que nos posibilita y limita; y la cultura y los medios de comunicación son ejes generadores que se convierten en preguntas de donde surgen los ámbitos conceptuales para trabajar en la construcción de respuestas a los interrogantes formulados por los estudiantes.

Desde esta perspectiva, el propósito es presentar la historia a los estudiantes como una práctica de memoria, pues lo importante no es la perspectiva de los historiadores sino la crónica de la victimas. Este es el enfoque del grupo de docentes del área que trabajan con la memoria: Juan Carlos Vásquez, Aracelis Rodríguez, Luisa Ballestero, Dilia Mejía, Hermer Guardo, Jaqueline Gutiérrez y Marisol Barrios. De esta manera, la historia solo pasa a ser memoria cuando toma una postura ética, es decir, cuando se convierte en memoria histórica que narra la historia de los sujetos que han ido silenciando su voz. 

Por esto, la historia oral escolar es una de las prácticas cotidianas de estos docentes en la normal, pues se reconoce como una nueva pedagogía de lo social que se inscribe en una historiografía que valora las historias locales y no desestima la fuente oral como un documento de valor científico para la recuperación del pasado. Adicionalmente, se tiene en cuenta la memoria como un elemento fundamental de la educación. Se trata, entonces, de una educación asentada y generadora, al mismo tiempo, de una razón y una cultura basadas en la formación de la memoria.

También se reconoce la estrecha relación entre la memoria y la narración, por lo que esta apuesta pedagógica implica el elemento narrativo. Esto implica que el docente invite a los estudiantes a construir el pasado desde las historias que sus abuelos, sus padres y demás antepasados le puedan contar. Memoria y palabra van de la mano. Considerando esto la dimensión narrativa de la educación se convierte en fundamento de esta pedagogía de la memoria. Como resultado de esto, se pretende formar comunidades de memoria (Bellah, 1989), en donde se abandonen las grandes narrativas para rescatar las más pequeñas: las locales y las personales. Desde esta perspectiva, los individuos pueden hacer de sí mismos un proyecto existencial biográfico, en donde se reconoce que la vida humana es esencialmente histórica, narrada en un tiempo y un espacio específico. 

Considerando todo lo anterior, la memoria, la oralidad y la lectura son ejes transversales que están presentes en todas las fases de la investigación, mientras que el proceso investigativo, en sí mismo, es el eje articulador y secuencial de todas las actividades. Esto con el propósito de abordar la memoria como una conciencia por un pasado que necesita estar vivo en todo momento y que va forjando una comunidad capaz de discernir críticamente sobre un recuerdo que fortalece su identidad. Esto, además, contribuye al desarrollo de un ciudadano con sentido de justicia capaz de reaccionar ante un pasado cargado de opresión. 

En esta línea son varios los proyectos pedagógicos que desde el equipo de docentes del área de ciencias sociales buscan rescatar esa comunidad de memoria a partir de los ejes de memoria, oralidad, lectura e investigación, con los cuales se busca desarrollar la historia oral como una estrategia para la enseñanza de las ciencias sociales mediante un transito de la memoria a la narración.

A. Primer nivel de formación: como propuesta didáctica en el área de ciencias sociales

Esta propuesta viene desarrollándose en la asignatura de ciencias sociales, a lo largo de todo el año escolar. Consiste en utilizar la historia oral como un recurso metodológico para la enseñanza significativa de las ciencias sociales por medio de proyectos de investigación que surgen de las necesidades e intereses de los estudiantes. Los objetivos planteados por el docente son: utilizar la historia oral como estrategia metodológica para desarrollar competencias en investigación social, fortalecer la identidad y la memoria histórica en los estudiantes, reconstruir historias orales para convertirlas en aprendizaje significativo y desarrollar la comprensión de la realidad social. De esta forma, pretende cerrar la brecha entre lo académico y la comunidad, encontrar el sentido de la historia y las ciencias sociales para la formación de los estudiantes como verdaderos investigadores y ciudadanos que redefinan su identidad, comprometidos con la justicia y la democracia.

La propuesta inicia en el primer semestre del año. Los estudiantes, a partir de los ámbitos conceptuales trabajados en el aula (los cuales responden a los estándares y a los lineamientos en ciencias sociales propuestos por el MEN), identifican un tema de investigación sobre el cual desean investigar, plantean un problema para profundizar y diseñan todo un proyecto de investigación para indagar sobre lo que han seleccionado. Todo el proceso de investigación que se propone en esta experiencia toma alrededor de 5 meses y se organiza en 3 fases: sensibilización, trabajo de campo y redacción. A continuación se describirá en detalle cada una.

La primera fase, sensibilización, implica dar a conocer la importancia de la memoria histórica y el reconocimiento del pasado violento en la formación de los estudiantes para evitar la repetición y la impunidad. Adicionalmente, se pretende que los estudiantes reflexionen sobre la cercanía de la historia con su vida, comprendiendo que no es algo que se encuentra solo en los libros y en los documentos sino que está allí afuera en su comunidad.

De esta forma, se introduce a los estudiantes en la técnica de la historia oral y la comprensión de la producción y el uso de fuentes orales para la reconstrucción histórica. El trabajo se inicia sobre la memoria individual (a partir de testimonios), con algunas actividades como charlas con historiadores, simulacros de entrevistas, teatro-imagen y juego de imágenes de la historia con líneas del tiempo biográficas. Esta última consiste en organizar a los estudiantes en grupos para que, con base en una fotos sobre hechos históricos importantes de Colombia que el docente les entrega, realicen una línea del tiempo del siglo XX en el tablero. La dinámica consiste en que uno de los integrantes debe lanzar un dado y, de acuerdo al número que le salga, tiene que pegar la foto que corresponda a este en la década que el estudiante considere. De esta forma, el docente realiza un diagnóstico del conocimiento de los estudiantes sobre este tema y, adicionalmente, hace una retroalimentación con los estudiantes sobre este tema. 

Imagen 1: Teatro

Imagen 2: Teatro foro

Posteriormente, se aborda la memoria colectiva, a partir de lecturas de crónicas sobre violencia en la región, teatro-imagen y teatro foro.  Adicionalmente, se realizan algunas salidas de campo, usualmente a la ciudad de Cartagena, con el propósito de recorrer algunos lugares históricos para conversar con los estudiantes sobre las memorias de violación a los derechos humanos que se vivieron en allí.

Finalmente, se reflexiona sobre la memoria histórica mediante la lectura de investigaciones de historia oral realizadas en años anteriores, la observación de documentales sobre hechos históricos cargados de injustica (como la segunda guerra mundial en Alemania) y el vídeo-foro . En el cuadro 1 se detalla lo que se hace en algunas de estas actividades.  

Imagen 1: Algunos estudiantes del ciclo complementario. Año 2016. Visita al museo Montemariano

Algunos estudiantes del ciclo complementario. Año 2016. Visita al museo MontemarianEl fundamento principal de estas acciones es la pedagogía centrada en los intereses de los estudiantes, en la cual el factor más importante es lo que el alumno ya conoce, por lo que hay que tener en cuenta sus ideas previas (inclusores), ligadas a sus vivencias personales y sociales, para promover en ellos un cambio conceptual. Esta fase inicia un mes después de iniciado el año escolar, después de presentarles a los estudiantes el programa, el desarrollo del proyecto y la metodología a trabajar. Tiene una duración de entre un mes a un mes y medio.

En la segunda fase, trabajo de campo, los estudiantes inician su comprensión sobre la investigación científica mediante la indagación sobre el tema de su interés. Para esto, se organizan en grupos, en los cuales, partiendo de sus intereses y las preguntas problematizadoras trabajadas en el programa de la clase propuesto para cada año escolar, deciden el tema sobre el que investigarán formulando una pregunta de investigación. Los estudiantes, al formular su proyecto de investigación y desarrollarlo, aprenden haciendo y sienten que están solucionando un problema a partir del diálogo con la comunidad.

Para construir su proyecto deben iniciar la planeación de su investigación, preparar entrevistas, consultar sobre del tema elegido y localizar informantes que puedan enriquecer su indagación. El proceso de investigación parte de la formulación del problema, luego la consulta de los antecedentes y del marco conceptual, y, posteriormente, esto que se ha planteado se profundiza con los temas trabajados en aula. Después, se realiza un primer acercamiento a la población a la que se le pueden realizar las entrevistas para seleccionar posibles colaboradores, para lo cual se tiene en cuenta que puedan aportar información y quieran participar como criterios de selección. Los encuentros con los colaboradores se realizan en jornada contraria a las clases, en un horario acordado con ellos.

Para preparar las entrevistas los estudiantes presentan una guía en clase, esta es revisada por el docente para confirmar que cumpla con los criterios propuestos para una entrevista de historia oral: las preguntas deben ser abiertas, no deben incitar respuestas, no deben estar cargadas de prejuicio, se debe evitar que el entrevistado conteste con monosílabos y que hable lo más posible. El acompañamiento por parte del docente consiste en analizar las entrevistas en clase para analizar su pertinencia e identificar los vacíos en esta para, con base en las revisiones, formular otras preguntas. De esta forma, el grupo de estudiantes puede realizar varias entrevistas al mismo colaborador o buscar otros que complementen la temática.

Imagen 2. Algunas actividades de la fase de sensibilización. 

Una vez han realizado todas estas actividades hacen la primera entrevista [CR2] y la analizan, teniendo en cuenta que cumpla con los siguientes criterios:

  1. Tiene que contar con una introducción en la que se cuenta el objetivo de la investigación, el nombre de quien realiza la entrevista, el nombre de quien se va a entrevistar, el lugar y la hora en que se realiza. Esto con el propósito de tener un control sobre las entrevistas que se realizan.
  2. En la primera pregunta se tiene que pedir información sobre quién es el entrevistado.
  3. La segunda pregunta debe hacer referencia al tema que se investiga y estar planteada de manera abierta.
  4. La forma en la que se realiza la entrevista tiene que estar más en la mente que en el papel, pues se trata de una conversación, no de una lista de preguntas. Adicionalmente, la entrevista tiene que ser lo más flexible posible.
  5. Se deben evitar preguntas que orienten respuestas.
  6. La entrevista se debe realizar en un lugar lo más silencioso posible, para evitar sonidos que afecten la entrevista.

Con base en esta revisión los estudiantes deciden cuántas entrevistas adicionales deben realizar para contar con información suficiente para responder la pregunta de investigación planteada. Además, llevan un diario de campo en el que registran todo aquello que recolectan sobre su tema de indagación para complementar su investigación. Esta fase pude durar de un mes y medio a dos meses.

En la tercera fase, redacción y socialización del informe final, los estudiantes deben entregar los resultados de su investigación en un trabajo final. Para esto, en un primer momento, organizan la información recogida, tanto en las entrevistas como en los diarios de campo, para redactar un escrito coherente. Para esto los estudiantes acuerdan con el profesor el momento en el que consideran pertinente pasar al momento de redacción del informe final con base en la información con la cuenten, considerando que es suficiente y que con ella pueden responder la pregunta planteada. La forma del trabajo y la organización que se le de a al información depende de la estructura que los estudiantes decidan darle considerando el tipo de información y el tema que presentan. De esta forma, por ejemplo, el trabajo puede ser una historia de vida, por lo que la información se organiza de manera cronológica. También el informe puede enfocarse en un tema específico, como por ejemplo testimonios de la violencia paramilitar en San Juan de Nepomuceno,  por lo que el informe se puede organizar por categorías. Otra opción es que la entrevista no sea analizada y se tome, en sí misma, como un documento valioso para investigaciones futuras. 

En un segundo momento, este informe se socializa con la comunidad académica y las personas que fueron entrevistadas, aunque previamente los estudiantes visitan a los colaboradores para presentarles los resultados de su investigación y validarlos con ellos. En esta socialización los estudiantes cuentan cómo se sintieron en el proceso, cómo fue la experiencia y explican los resultados de su investigación. Este cierre se realiza en el salón de clase invitando, cuando es posible, a los colaboradores. Esta fase puede durar un mes o más. 

El acompañamiento del docente se concreta mediante el apoyo en la construcción de los textos y la elección de las categorías que se trabajan en cada investigación, de acuerdo a su tema y su tipo de indagación. Para esto el docente le pide a los estudiantes que recopilen la información que han recogido en las fases anteriores y formen posibles categorías de análisis. Además, deben transcribir las entrevistas que realizaron, pues son el insumo principal de las investigaciones. Una vez esto se ha realizado los estudiantes realizan un análisis de la información que han recolectado a la luz de las categorías creadas y, posteriormente, redactan un escrito compuesto por varios apartados (introducción, capítulos que presenten el tema, la investigación realizada y los análisis, conclusiones, anexos y bibliografía).

En relación con lo anterior, esta fase es muy importante en el desarrollo del proyecto, por lo que el acompañamiento del docente es fundamental, ya que en esta los estudiantes estructuran su trabajo y necesitan una guía sobre aquello que aún no saben sobre investigación. Debido a esto, es necesario que el docente conozca a fondo cada una de las propuestas para que su intervención sea acertada y realmente constructiva para la formación de los estudiantes.

Un ejemplo de cómo se lleva a cabo todo este proceso se realizó en la asignatura de ciencias políticas, en grado 11º, donde se trabajó el eje curricular: Las construcciones culturales de la humanidad como generadoras de identidades y conflicto. Para esto se propuso a los estudiantes estudiar el tema de los testimonios, los cuales se encontraban en los informes del Centro de Memoria Histórica o en el sitio web Verdad Abierta. Sobre estos se realizaron análisis sobre el origen del paramilitarismo en Colombia y los Montes de María. Posteriormente, se les sugirió a los estudiantes trabajar con testimonios de familias o vecinos sobre cómo se vivió la época de la arremetida paramilitar en San Juan entre los años 1997 a 2001. 

Las investigaciones realizadas se conservan en el Archivo de Historia Oral, el cual es un espacio para su consulta y divulgación. Cuenta con 85 títulos de diversas temáticas, grabaciones, vídeos y fotografías de historia local y regional, producto del trabajo de indagación de los estudiantes. En él consultan estudiantes, docentes y personas que ponen en práctica la metodología o que quieren estar informados del proyecto y realizar un ejercicio de memoria sobre un tema. Es un espacio de memoria histórica individual y colectiva. 

En los cursos 9º, 10º y 11º la propuesta finaliza cuando se termina el año académico mediante una socialización de los resultados de investigación mediante diversas modalidades: un artículo, una crónica e incluso (si son tan significativas) las mismas entrevistas realizadas en el proceso pueden ser el informe final. Adicionalmente, con el avance de las tecnologías, se permite la presentación de un vídeo editado de las entrevistas o un clip de audio. 

A partir de la reflexión sobre la implementación de la propuesta el docente ha observado un cambio de actitud en sus estudiantes ante la historia. Luego de realizar sus investigaciones comprenden que esta no solo está en los textos sino que pertenece a la realidad en que viven, sienten que en los hechos del pasado está la respuesta de la realidad presente y que si ese pasado ha sido injusto hay que tomarlo con una actitud crítica para que no se vuelva repetir y, sobre todo, buscar la manera de no olvidarlo.

El proyecto GIHO fue presentado a nivel institucional en el 1er Foro sobre competencias ciudadanas como una propuesta que contribuye a la formación de la identidad y una educación para la paz desde la memoria histórica. También se socializó ante miembros de una ONG de México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Honduras y Colombia en el marco de un curso sobre educación para la paz, al cual el docente asistió en calidad de becario en el Instituto Paulo Freiré de la Universidad de Berlín (Alemania).

Uno de los mayores obstáculos con los que se ha enfrentado la propuesta ha sido que muchos docentes piensan que los temas de los que se ocupa es mejor no tocarlos y que todavía es prematuro desarrollar procesos de memoria cuando el conflicto se mantiene y las estructuras de agresión siguen intactas. No obstante, quienes la desarrollan comprenden que la educación es un acontecimiento ético en donde no se puede ser un sujeto pasivo frente a una sociedad que se corrompe. Hay que seguir soñando, pensar en utopías, para que los Montes de María se convierta en un territorio de memoria. 

B. Segundo nivel de formación: Semillero GIHO (Grupo de Investigación de Historia Oral)

El grupo GIHO (Grupo de Investigación De Historia Oral) es un semillero de investigación creado debido al interés de los estudiantes por profundizar en los temas de memoria histórica. Actualmente, está conformado por alrededor de 5 a 10 estudiantes del ciclo de formación complementaria por semestre. En este espacio académico los estudiantes pueden profundizar sobre la investigación en memoria oral e histórica y recibir capacitaciones en investigación, manejo de archivos computarizados y ayudas audiovisuales. El cierre de este espacio se lleva a cabo cada año con investigaciones realizadas y con publicaciones en la revista GIHO. Su lema es: una educación sin memoria es una educación inhumana.

Este semillero administra el Archivo de historia oral  donde se guardan todas las investigaciones que se han realizado al interior de la propuesta (tanto los estudiantes del semillero como los de otros grados). Este espacio es dirigido por 20 estudiantes del ciclo de formación complementaria que controlan el préstamo y la devolución de los archivos, ejecutan actividades de difusión y promoción del proyecto, y realizan investigaciones con mayor profundidad. Además, tiene un material de divulgación: la revista GIHO, en la cual se han publicado las mejores investigaciones que han realizado los estudiantes con la guía del docente.

Archivo de historia oral

La idea de la publicación de la revista surgió del interés de compartir y circular los saberes que se producen en las investigaciones tanto por parte de los estudiantes en las clases de ciencias sociales y ciencias políticas como de quienes pertenecen al semillero. Los estudiantes miembros del semillero de investigación GIHO y el docente cumplen con la función de editores de la revista y para la publicación de los artículos seleccionan los mejores trabajos realizados y realizan un proceso de revisión. Adicionalmente, se cuenta con el apoyo de la coordinación de investigación de la escuela normal para que le dé su visto bueno. Hasta el momento existen tres número de la revista 

Los estudiantes interesados en vincularse al semillero deben presentarse a una convocatoria que se abre en el primer semestre del año del ciclo de formación complementaria, deben llenar un formato en el que expliquen las razones por las que quieren estar en el semillero. Adicionalmente, se tienen en cuenta ciertos criterios como que quienes se postulan tengan un buen nivel académico, que le encuentren valor e importancia a las ciencias sociales (en especial a la historia) y que tengan identidad con su entorno. La decisión para la vinculación al semillero la toma el profesor con un comité de estudiantes miembros de este, quienes analizan las postulaciones y dan la autorización para la participación en este.

El proceso dentro del semillero dura uno o dos años, dependiendo de la voluntad de cada estudiante, pues cada uno decide cuánto tiempo desea estar vinculado. Lo ideal es que los estudiantes permanezcan dos años, tiempo en que terminan su formación en dicho ciclo. Sin embargo, esto no implica que estudiantes de otros semestres (tercero o cuarto) no puedan hacer parte, si es de su interés pertenecer puede hacerlo luego de cumplir con el proceso de admisión. Inicialmente el semillero estaba conformado por estudiantes de 9º, 10º, 11º y del ciclo complementario, pero, por sugerencia de los pares en la visita de acreditación, a partir del año 2010 todos los semilleros de investigación trabajan solamente en el ciclo complementario de formación.

Mediante el seguimiento que el docente ha realizado de los estudiantes que han participado en el semillero ha podido identificar que la mayoría se encuentran vinculados a procesos de investigación. Un caso específico es el de un exalumno que actualmente está en Brasil haciendo una especialización, la cual logró a partir de un grupo de investigación de la universidad Nacional de Antioquia. Dialogando con él, por redes sociales, le dijo al docente que su interés por la investigación inició desde que tuvo la oportunidad de participar en el semillero.

Imagen 3: Docente Edgardo Romero acompañado por 2 de sus estudiantes en el Archivo de Historia Oral

Imagen 4: Algunos miembros del grupo GIHO acompañados por el docente Edgardo Romero


Línea del tiempo de la propuesta didáctica

La historia oral como recurso metodológico para la enseñanza de las ciencias sociales

Fase 1: Sensibilización

Descripción: En esta fase el objetivo principal es iniciar le reconocimiento de la importancia de la memoria y el pasado en la constitución de sujetos por parte de los estudiantes De esta forma, se pretende que reflexionen sobre la influencia de la historia en su vida y, así, comprendan que es un elemento que hace parte de su comunidad. 

Para esto, los estudiantes inician la comprensión sobre  la técnica de la historia oral y el proceso de producción y uso de las fuentes orales en la reconstrucción histórica mediante diversas actividades que se organizan en tres grandes grupos: memoria individual (a partir de testimonios), memoria colectiva y, finalmente, memoria histórica.

Esta fase inicia un mes después de iniciado el año escolar, después de presentarles a los estudiantes el programa, el desarrollo del proyecto y la metodología a trabajar. Tiene una duración de entre un mes a un mes y medio.

Actividades:

Memoria individual:

  • Charlas con historiadores
  • Simulacros de entrevistas
  • Teatro-imagen
  • Juego de imágenes de la historia con líneas del tiempo biográficas

Memoria colectiva:

  • Lecturas de crónicas sobre violencia en la región
  • Salidas de campo
  • Juegos de imágenes de la historia con patrones culturales
  • Teatro-imagen
  • Teatro-foro

Memoria histórica:

  • Lectura de investigaciones de historia oral realizadas en años anteriores
  • Observación de documentales sobre hechos históricos cargados de injustica (como la segunda guerra mundial en Alemania)
  •  Vídeo-foro
  • Juego de imágenes de la historia a partir de hechos históricos del país.

     

Fase 2: Trabajo de campo:

Descripción: Esta fase pretende que los estudiantes comprendan algunos elementos básicos de la investigación cualitativa, para lo cual se propone que realicen una investigación propia de temas de su interés.

En este momento los estudiantes se reúnen en grupos, definen posibles temas de indagación para realizar su trabajo y, una vez tienen claro el tema definitivo sobre el cual indagarán, definen una pregunta de investigación.

Durante esta fase los estudiantes construyen su proyecto de investigación, definiendo qué información necesitan, quiénes pueden ser sus informantes, cómo recolectarán la información.  Debido a que el énfasis de la propuesta es la historia oral, la mayoría de estrategias de recolección se centran en entrevistas a informantes que estén relacionados con el tema seleccionado por los estudiantes. La duración de esta fase oscila entre un mes y medio a dos meses.

Actividades: 

  • Planeación de la investigación
  • Preparación entrevistas
  • Consultas sobre los antecedentes del tema elegido
  • Localizar informantes para la investigación
  • Primera entrevista y análisis de esta
  • Diario de campo (en este registran la información que recolectan sobre su tema de indagación)

     

Fase 3: Redacción y socialización del informe final

Descripción:  Esta es la última fase de la propuesta. En esta los estudiantes deben entregar los resultados de su investigación de dos formas diferentes: 1. A partir de la presentación de un informe escrito al docente y 2. Mediante una socialización del trabajo y los resultados ante la comunidad que fue informante en la investigación y algunos miembros de la comunidad educativa. Esta fase puede durar un mes o más.  

Actividades: 

  • Clasificación y organización de la información recogida para construir el informe final
  • Socialización del informe final con la comunidad académica y los informantes

 

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Gustavo González Palencia
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